LA IMPORTANCIA DE HACER USO DE UN LENGUAJE INCLUSIVO. LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE

El lenguaje es un producto social, por lo que su uso no inclusivo lo convierte en un producto cargado de estereotipos y prejuicios, ya que refleja la sociedad de la que viene y a la que sirve. Sin embargo, y esto es lo fundamental, como producto social, admite cambios, y entre esos cambios está el hacer de él un uso no sexista. Por ejemplo, la idea de que el masculino “genérico” engloba a ambos sexos, no deja de ser una excusa para no visibilizar a la mitad de la población mundial: las mujeres. El uso del lenguaje “genérico” es la primera violencia con la que se encuentran las mujeres ya que tienen que construir su existencia a través de una suposición; si no se nombra también la realidad a través del género femenino, se impide que se adquieran modelos de aprendizaje y, por lo tanto, en nuestro proceso de socialización, la configuración de la personalidad y la elección de un fututo profesional, creativo, participativo y público quedará gravemente limitado para las niñas y las adolescentes.

En este sentido es necesario hacer referencia a la definición de la UNESCO que dice: “El lenguaje no es una creación arbitraria de la mente humana, sino un producto social e histórico que influye en nuestra percepción de la realidad. Al transmitir socialmente al ser humano las experiencias acumuladas de generaciones anteriores, el uso de ese lenguaje condiciona nuestro pensamiento y determina nuestra visión del mundo”. Con esta definición llegamos a la clara conclusión de que LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE, tal y como afirma George Steiner, por lo tanto, el uso exclusivo de ese genérico masculino y su forma de condicionar y socializar nuestra realidad invisibiliza a las mujeres. Así, el lenguaje como transmisión de pensamiento debe reflejar de la forma más concreta posible la realidad, y esa es una de las competencias claves que las leyes en igualdad exigen y que el cambio social necesita.

A continuación os dejamos con un decálogo  con 10 normas para hacer un uso de la lengua española de una forma inclusiva, que puede ser el inicio para un uso responsable y no sexista de nuestra lengua.

 

FUENTE BIBLIOGRAFICA: Guía para el profesorado y las familias. Instituto Canario de Igualdad.
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