DÍA INTERNACIONAL POR LA SALUD MENTAL
SALUD MENTAL Y TRABAJO
El pasado 10 de octubre, Día Internacional por la Salud Mental, nos reunimos para conmemorar un día en el que volvemos a poner el foco en la lucha por el reconocimiento por el derecho a la salud, en todos los ámbitos, y más concretamente en un espacio tan importante como es el laboral, el trabajo dignifica, da seguridad, provee de medios para cubrir nuestras necesidades básicas, y en algunos casos los de nuestras familias, pero tiene otra cara…
Hay que vigilar especialmente, poniendo mucha atención a nuestros cuidados personales, ya que el actual marco legal del ámbito laboral permite una serie de condiciones, que en principio no favorecen la promoción de la salud en general, y la salud mental en particular. Algunas empresas se ajustan a éste marco legal precario, ofreciendo condiciones que objetivamente distan mucho de ser «buenas», que no permitan al empleado, con o sin diagnóstico , desarrollarse en su vida personal al serles difícil conciliar por su horario elevado y poco flexible, unido a los salarios bajos, y la temporalidad de sus contratos.
Por ello «aprovechamos para reivindicarnos como personas con derecho a unos cuidados y atención que nos ayude a mantener nuestra salud mental, comenzando por cada uno de nosotros, que las personas que necesiten apoyos, los tengan, y los que sean más independientes que lo hagan».
Manifiesto Día de la Salud Mental CRPS Fuencarral.
La salud mental es un pilar fundamental de nuestro bienestar y, como tal, merece toda nuestra atención y cuidado, especialmente en el ámbito laboral, donde pasamos gran parte de nuestras vidas. Es posible controlar las enfermedades mentales, pero para ello es imprescindible seguir el tratamiento médico adecuado y tomar la medicación prescrita de manera constante. Es importante evitar el consumo de sustancias tóxicas que solo empeoran nuestra condición y adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, el ejercicio y el descanso necesario.
Cuando seguimos estas pautas, podemos avanzar hacia un estado mental de mayor equilibrio y estabilidad. El trabajo, aunque vital para nuestro desarrollo y crecimiento, puede convertirse en una fuente de presión inmensa si no priorizamos nuestra salud mental. Yo mismo he experimentado cómo la salud mental puede deteriorarse en el entorno laboral. Pasé por una etapa en la que trabajaba entre 12 y 14 horas diarias, seis días a la semana, detrás de una barra, rodeado de estímulos negativos y tóxicos. Esa rutina me sumergió en una pesadilla constante, un estado de confusión y agotamiento en el que perdí la noción de lo que es normal.
A lo largo de ese tiempo, llegué a tener pensamientos que, en su momento, consideré naturales. Sin embargo, fue gracias al apoyo de mi psiquiatra y de mi familia, especialmente de mi hermano, que pude reconocer que aquello no era normalidad, sino un reflejo de la enfermedad. Ellos me ayudaron a salir de esa oscuridad y a reconstruir mi vida desde los cimientos.
Hoy, después de tres hospitalizaciones y mucho esfuerzo personal, estoy en un camino de evolución positiva. Mi vida ha cambiado para mejor, y ahora tengo la fuerza y el conocimiento para luchar por mi bienestar mental, tanto en el presente como en el futuro. Conozco la fórmula: cuidar de mi salud mental no es solo una opción, es una responsabilidad diaria. Mi meta es llevar esa fórmula a la realidad y mantenerla como la base de mi vida.
Este manifiesto es un llamado a todos aquellos que, como yo, han sentido el peso de la enfermedad mental en el trabajo. No estamos solos, y es posible salir adelante. Que este sea un recordatorio de que la salud mental es tan importante como la física y que debemos protegerla con todas nuestras fuerzas.
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